¡ Cuando Brahms tiene sueño…no hay Liszt que lo despierte !
By Unknown - de febrer 06, 2017
Brahms y el violinista Eduard E. Remény se
encontraban de gira y decidieron hacer una parada en Weimar, ciudad en donde se
encontraba el gran Liszt, músico al que Brahms quería mostrarle algunas obras.
Esto tuvo lugar en Altenburg de Weimar
el 15 de junio
de 1883. En el encuentro, Liszt tocó a primera vista un par de obras del
compositor visitante y todo parecía transcurrir en un ambiente feliz y ameno
hasta que el gran Liszt decidió tocar su Sonata en Si menor, obra de la que se
sentía muy orgulloso. Lleno de sublime emoción y entrega,
Liszt tocaba con gran expresividad mientras que Brahms dormía plácidamente en
la silla que se encontraba. Al terminar de tocar, Liszt se levantó del piano y
se fue del lugar de los hechos,
al parecer, algo molesto. El gesto de Brahms generó un poco de enojo e
indignación entre las personas que presenciaron éste hecho, y él simplemente
tenía como defensa que se encontraba fatigado y no había podido hacer nada.
Dicen que aquel día de música
y sueño hacía muchísimo calor en Weimar y esto conjugado con unas
cuantas horas de viaje de Brahms, armaron lo que sería un coctel de cansancio
perfecto para él.
De todas maneras, no podemos
estar seguros de que tan molesto estuvo Liszt al respecto puesto que Brahms se
quedó diez días en Altenburg, específicamente donde Liszt, y para limar
cualquier tipo de asperezas Brahms le obsequió al anfitrión una caja de puros
que llevaban una inscripción con su nombre (Brahms).
Este sorprendente incidente, parece un relato que además ha sido alimentado y transmitido de manera mal intencionada por Hnaslick, un antiwagneriano y antiliszt extremo.
Sea como fuere, Brahms siempre
admiró a Liszt y afirmó que aquel que no hubiese escuchado a Liszt no podía
decir nada, puesto que antes y después de él no había habido algo igual. Su
manera de tocar el piano era única, incomparable e inimitable, aunque cuando
Brahms tiene sueño, no hay Liszt que lo despierte!
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