Why patterns? Inputs out. Desarticulando el propio discurso sonoro.
By Unknown - d’octubre 16, 2017
Que el titulo no confunda. No les voy a hablar sobre Morton Feldman ni de su trio de
1978 con el cual encabezo este pequeño escrito. Voy a hablar de patrones, más
concretamente de la lucha personal de una de las voces más destacadas dentro de la
free impro europea: Lê Quan Ninh.
Ninh es un percusionista e improvisador que la semana pasada visitó Barcelona para
tocar a dúo junto a la también percusionista Núria Andorrà. Visita que también
aprovechó para impartir un workshop. La pregunta que todos los asistentes teníamos
era obvia ¿cómo hizo Ninh para adquirir un lenguaje tan personal y reconocible? En
una década como los años 80 y veinte años después de la gran explosión del género, a
pesar de la paradoja, se decía que ya no habían voces capaces de generar discursos
“originales”. En este contexto Ninh encontró una vía de escape a la contradicción en
la que había caído la abanderada libertad de los exponentes del circuito. Curiosamente
la encontró en el pasado, en una practica que parecía volver al padre —si Ninh fuese
Lacan y Derek Bailey hubiera sido Freud—.
Bailey dedicó su vida a expandir su lenguaje, incluso dejó de tocar con cualquier
músico con el que ya hubiese tocado antes, pensando que esto ayudaría a su
autopoiesis. Nihn nos contó su gran secreto, había pasado semanas enteras frente a su
instrumento intentando emitir algún sonido con la siguiente pregunta “¿qué pasa
cuando no hago lo que siento que tengo que hacer?”. El improvisador llevaba años
asistiendo a conciertos de los percusionistas más reconocidos de la escena y no podía
concebir que gente de orígenes, formaciones, y tradiciones musicales tan diversas
pudieran repetir los mismos patrones. Allí estaba la llave, su propuesta y su gran
lección para, según él: “encontrar la música propia, alejada del feedback de la cultura
musical que consumimos”. Su fórmula para practicar la improvisación que merecía
ser llamada “libre” consistía en “negarse a tocar patrones que uno mismo reconociera
como patrones”. Bajo esta premisa, en mente cada vez que toca, logra que su sonido
sea descrito por sus oyentes como “sin precedentes”.
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