Hace tiempo que un profesor de “Historia de la música de los
siglos XX-XXI” nos habló de un joven que hacía “cosas extraordinarias con el
piano”. Dentro del contexto “clásico –
contemporáneo” de la asignatura, nos sorprendió que lo primero en escuchar
fuera un tema en el que el piano parecía simular un set de música electrónica.
Lo que fue aún más desconcertante fue ver después un video en el que este
pianista improvisaba sobre temas de Buxtehude. Un par de videos más con Carl
Craig y con el trío Aufgang en el Sónar 2010 y ya me había convencido.
Francesco
Tristano tiene 32 años y es de estas personas que te hacen preguntarte qué
has estado haciendo hasta ahora con tu vida. Cuando lees su biografía y llegas
a la parte en la que, con 13 años, dio su primer concierto con composiciones
propias, ya te haces una idea de cómo va a continuar el resto de su carrera.
Prodigio, sí, pero también un artista de los que hacen lo que les da la gana y
la Historia les acaba proclamando como visionarios (hay que decir que no a todo
el mundo le sale bien la jugada). Podría
enumerar la cantidad de discos,
proyectos y logros pero el hipervínculo se
inventó para las personas a las que nos gusta irnos por las ramas.
Toda esta introducción me sirve para situar al que no haya
oído hablar jamás de este personaje y motivarlo a indagar un poco en su música.
Algo me dice que no mucha gente de este país lo conoce cuando Richie Hawtin
atrae a miles de personas y en el último evento de Tristano, organizado por The Listening Effect,
gratis, en Poble Espanyol (Barcelona), el pasado 22 de febrero, ni siquiera
llenábamos una plaza. En el escenario es inteligente, conecta con el público y
juega con su oído. Me gustó su guiño utilizando sutilmente en un tema escalas y
cadencias frigias, aunque después se hicieran demasiado evidentes. Lo cierto es
que fue muy emocionante poder verlo HACER música electrónica en directo pero,
por lo que pude observar, sólo se enteraron los fervientes amantes del panorama
electrónico, estudiantes de Erasmus y seguidores de la cultura moderna/indie. Si lo comparamos con figuras del techno de
masas y sabiendo, eso sí, que Tristano actúa donde quiere, cabe la posibilidad
de que la selección del público fuera totalmente intencionada.
Esto no quiere decir que sea una figura que intente escapar completamente
del mercado musical. Deutsche Grammophon es el sello de sus últimos álbumes: bachCage (2011) y Long Walk (2012) –alejados de los anteriores, brillantes y
atrevidos, Not for piano (2007) e Idiosynkrasia (2010) de la discográfica
inFiné-. Para el 8 de septiembre de 2014
esperamos su nuevo trabajo, Scandale,
junto a la jovencísima pianista alemana (de madre japonesa) Alice Sara Ott,
cuyo talento y carrera no tienen nada que envidiar a los de su compañero de
dúo. Ambos portentos proceden de la tradición clásica y juntos representan la
nueva línea que empresas como Deutsch o Steinway están intentando trazar en sus
ansias de renovación. No sé lo que nos deparará este nuevo álbum, estoy casi
segura de que será un éxito. De momento tenemos que dejar volar nuestra
imaginación con el videoclip de presentación publicado hace unas semanas en sus
respectivos facebooks. ¿A alguien le recuerda a algo? Quizá haya más dúos de
pianistas con videos de La consagración
de la primavera circulando por la red...
Irene Collado
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