¡Hola otra vez!
Como madrileña que estudia y vive en Barcelona, tengo amigos catalanes. Amigos catalanes que van a ver sus fiestas y tradiciones y que, orgullosos, llevan a sus amigos de fuera a verlas con ellos. Esta vez tocó la Patum.
La Patum es, básicamente, una sucesión de distintos bailes que se celebra en la plaza principal de Berga, en los que la gente salta y da vueltas alrededor, y que cae en la fecha del Corpus Christi, de manera que no es un día en concreto del año y hay que estar atento a cuándo se celebra. Las primeras noticias que se tienen de esta festividad van atrás en la historia hasta el siglo XV, aunque su potenciación en los siglos XVIII y XIX se nota, sobretodo en cuanto se escucha la música y la orquestación de esta (la música del baile del águila increíble, por cierto; totalmente épica y majestuosa). Entre estos distintos bailes destacan las guitas (las bestias), los gigantes, el águila y els plens, pero hay muchísimos y la fiesta es muy larga (también se repite hasta 4 veces).
Estos plens son una de las imágenes representativas de la Patum. Se apagan las luces de la plaza, se encienden los petardos que llevan en la cabeza 100 personas con sus respectivas máscaras y revestidos con hojas frescas que no ardan.
Me resulta curiosa la fijación que tienen los catalanes con el fuego y los petardos en sus fiestas mayores. En todos sitios hay collas de diablos, las bestias, els correfocs... En la Patum también está muy presente. La guita grossa casi nos quema en sus paseos por la plaza; els plens los vimos desde bastante lejos, así que por lo menos eso fue más seguro.
Y sobretodo, y fuera del tema tradicional, la Patum está LLENA DE GENTE. Diría que demasiada gente, de hecho. Si temes a las grandes masas de gente, la Patum no es tu sitio, aunque puedes verla entera desde casa. Esto hizo que, en vez de ver las cosas, las escuchara; y cuando tienes tanta gente alrededor, el ritmo es lo que te lleva. Las marchas-pasodobles, y los compases de 3/4 es lo más escuchado. Pero cuidado, porque a la hora de saltar, se salta con la gente y no con la música.
Recomendaciones -totalmente subjetivas-:
1. Ropa y calzado cómodos. Hay mucha gente, dura mucho tiempo, y te mueves mucho. No hay que llevar muchas cosas encima.
2. Chaqueta antifuego, y gorro/pañuelo: estés donde estés, tendrás petardos cerca. Si te tomas un par de cervezas antes, el pañuelo te lo regalan en los bares, así que eso es un plus. (Gente de pelo largo: ¡recogido!)
3. Paciencia. La gran cantidad de gente es lo peor de la Patum, ya que mucha gente hace que la cantidad de indeseables se multiplique. ¡Mucha paciencia! Hay que mentalizarse de que vas a ser pisado, empujado y codeado, cuando menos.
4. Resistencia física. Dura mucho, la resistencia es necesaria; y no tanto por saltar y bailar, sino por el calor de la gente. Ten por sentado que es muy largo.
5. Se salta con la gente, no con la música. Es importante coger rápido el ritmo que se crea, porque la masa te come y te lleva.
6. Atentos a la dirección; si vas en la dirección contraria, aunque sea de paso, o te llevas empujones o miradas letales y de profundo odio, como mínimo.
7. Míralo si puedes 2 veces: una dentro -lo que se aguante-, y otra desde fuera en algún sitio un poco más elevado.
8. Cuando acabe, acércate al Casal Panxo: buen rollo, un espacio simpático y buenos precios. Los bocadillos también están buenos.
9. No hace falta que lo veas todo seguido. Puedes salir y tomarte una cerveza o una botella de agua, y cuando vuelvas a coger aire, entrar a la plaza otra vez.
10. Si no sabes, aprende a hablar catalán, aunque sea lo básico. Te tratarán mejor, y muchos de los indeseables te dejarán en paz.
Básicamente, ir con ganas, que alguien te guíe y te cuide un poco, dejarse llevar y pasarlo bien.
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