Concierto para violín de Mendelssohn

By Marina E. Junquera - de desembre 09, 2019

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Fecha y hora:
Viernes 28 de febrero del 2020, a las 20h.
Sábado 29 de febrero del 2020, a las 19h.
Domingo 1 de marzo del 2020, a las 11h.
Lugar:
L’Auditori de Barcelona (Carrer Padilla, 8)
Programa:
Mendelssohn: Concierto para violín y orquesta en mi menor, op. 64.
Bruckner: Sinfonía nº 6 en la mayor.
Intérpretes:
Juanjo Mena, director.
James Ehnes, violín.


Juanjo Mena, el director invitado en este concierto, presenta en primer lugar, en esta jornada enteramente romántica, el estilo del Romanticismo, con una de las obras de tendencia de este periodo. Después, sin duda, reta al público, interpretando entre las sinfonías de Anton Bruckner, una de las menos escuchadas y más desconocidas.

 El Concierto para violín y orquesta en mi menor de Felix Mendelssohn es uno de los más interpretados y famosos conciertos para violín de la música del siglo XIX, y de los más innovadores e influyentes del Romanticismo. Así, a pesar de su forma clásica de tres movimientos, tiene varias características que lo diferencian de los anteriores, como la entrada directa del violín en el primer movimiento, y los pasajes en los que el solista se limita a acompañar a la orquesta.
La obra nació de “una melodía en mi menor” que le rondaba por la cabeza al compositor, y una carta escrita el 30 de julio 1838 a su amigo y reputado violinista Ferdinand David: “Me gustaría escribir un concierto para violín para ti el próximo invierno. Tengo uno en mi menor rondándome por la cabeza, cuyo comienzo no me deja en paz”. De manera que a partir de entonces, violinista y compositor se cartearon con frecuencia intercambiando preguntas, consejos y sugerencias.
Tras seis años de trabajo, en marzo de 1844, Mendelssohn terminó la obra. Aún necesitó unos cuantos apuntes de David hasta su estreno el 13 de mayo del 1845, en Leipzig (Alemania), interpretado por el virtuoso violinista y la Orquesta de la Gewandhaus bajo la batuta de Niels Gade.
Compuesta entre 1879 y 1881 y dedicada a su mecenas el Dr. Anton Van Ölzelt-Newin, la Sinfonía nº 6 en la mayor de Anton Bruckner constituye de todas las sinfonías brucknerianas, la más dispar al resto, si bien tiene un notable parentesco con la cuarta y la quinta. Por ello, en su estreno, fue recibida con cierto desconcierto y crítica por parte del público. Pese a su mala acogida, la reputación de la obra ha ido aumentando con el paso del tiempo, aunque nunca ha alcanzado la fama de las sinfonías sucesivas: la séptima y la octava.
Esta sinfonía pertenece a la “Tetralogía Mayor”, el grupo de las cuatro sinfonías de Bruckner compuestas en tonalidades mayores, que dio comienzo en la cuarta. Esta tetralogía, además, ocupa una entera década en la que el compositor se dedicó a componer grandes obras en tonalidades mayores. Esto no sería tan interesante si todas sus sinfonías y obras corales anteriores no estuvieran exclusivamente en tonalidades menores.

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