En la mañana del pasado domingo día 15 de marzo, en la sala Oriol Bohigas del Ateneu Barcelonés, la joven, original e innovadora orquesta del Teatre Instrumental ofreció un magnífico concierto con la colaboración del fagotista Giorgio Mandolesi como solista. Bajo el títuloTuttoRossini! (1792-1868), el programa del concierto giró en torno a la figura del genial compositor Gioacchino Rossini incluyendo la obertura de Il signor Bruschino, la Sonata a Quattro Nº1 en Sol Mayor, el Concierto para Fagot y orquesta  y la obertura de La scala di seta. En definitiva un programa muy exigente en el que la formación hizo un gran trabajo dejando a su público muy satisfecho con el resultado final.

La música es siempre más que música, pero los músicos del Teatre Instrumental conceden una gran importancia a este hecho sin dar por sentado que el público lo tenga que saber. Facilitan recursos al oyente para que éste conozca esos pequeños resortes que ayudan a comprender, y por consiguiente, a sentir la música un poco más allá de lo común. Vestidos con ropa de calle, tocando de pie y sin director, rompen la habitual distancia entre las orquestas y el público. Además, aprovecharon el intermedio entre obra y obra para ofrecer curiosos, agradables y entretenidos comentarios sobre el contexto histórico del compositor y sus circunstancias en el momento de componer sus obras, así como sobre los elementos a tener en cuenta a la hora de experimentar una escucha más plena y satisfactoria.

De esta forma, todos los asistentites al concierto aprendimos que Rossini apenas contaba con catorce años cuando compuso su Sonata a Quattro Nº1 en Sol Mayor, o que su Concierto para Fagot y orquesta fue concebido para que un destacado alumno de Fagot exhibiese su destreza  con el instrumento.  Un fabuloso concierto en el que, el que seguro que destacó, fue Mandolesi, no sólo por su maestría con el Fagot o por su comentario sobre que posiblemente, en ésta ocasión, fuese la primera vez que se tocaban en Catalunya algunas de las obras del programa escogido –incluido el concierto para Fagot–, sino también por su desparpajo ante el público, al cual se ganó con una sublime interpretación y unos interesantes y divertidos comentarios sobre la fantástica música que la formación del Teatre Instrumental nos ofreció.