"Adiós Tour". Hasta la vista ‘Buena Vista’...

By Sergio L. Nava - de març 11, 2015




Este verano pasado tuvo lugar, en el voluptuoso festival del exquisito, pudiente y exclusivo Castillo de Perelada (Gerona), el primero de los conciertos que la orquesta Buena Vista Social Club dio en su gira de despedida. De esta forma, la orquesta, no solo ya una sociedad sino toda una institución de la música cubana con una enorme proyección internacional, inició en el Ampurdán su última gira para continuar por países como Francia, Holanda y Turquía. Así, el público al que ha embelesado desde hace más de 50 años por todo el mundo pudo disfrutar por última vez de sus ricos ritmos cubanos en su "Adiós Tour". No necesitan ningún título pomposo, porque tras este austero epígrafe se despliega un elenco de distinguidos y queridísimos músicos y artistas encabezados por la gran Omara Portuondo quien, a pesar de sus 85 años, demostró que no solo sigue teniendo una extraordinaria voz, sino que sigue siendo la diva de la formación cubana, aportando la salsa y el fulgor habanero que tanto caracteriza a la orquesta.

Además, a pesar de los integrantes ya desaparecidos cómo por ejemplo el excelente pianista Rubén Gonzalez o el carismático guitarrista, y también diestro fumador de puros, Compay Segundo entre otros, a los cuales se homenajeaba al fondo del escenario con una pantalla en la que aparecían sus imágenes mientras la orquesta tocaba uno de sus temas representativos, también hicieron acto de presencia los integrantes que todavía siguen vigentes y fieles a la sociedad y a la orquesta que fundaron: el genuino guitarrista Elíades Ochoa, el trompetista Guarijo Mirabal, el virtuoso laudista en su género Barbarito Torres o el carismático trombonista Jesús Aguaje Ramos, quien también hizo las veces de presentador con el auténtico y seductor savoir faire cubano digno de mención y a la altura del evento.


La orquesta estuvo al cien por cien en todo momento y substituyó el brío y la energía que antaño desplegara por una sobriedad sonora, una excelencia en la conjunción y un equilibrio sonoro que hicieron culto al sabroso, arrebatador, cálido e inimitable fraseo cubano, al cual –hace falta mencionar– que hicieron un excelente soporte los jóvenes músicos que suplían las estrellas ya desaparecidas. En este sentido, cabe destacar la intervención del joven pianista Rolando Luna, quien estuvo a cargo de abrir el concierto con una intro a piano-sólo espectacular y llena de armonías atípicas para el sonido tradicional de la orquesta, pero que otorgaron, con la mesura adecuada, un sonido elegante, distintivo y muy apropiado para hacer una reinterpretación sonora moderna de los géneros caribeños y las archiconocidas canciones como; "Como Siento", "La negra Tomasa", "Carretero", "Idilio", "Mulata en cha cha cha", "Quizás, quizás...", "Dos gardenias" o el mítico "Chan Chan".


En fin, toda una despedida de etiqueta, con una formación de etiqueta en un lugar de etiqueta. La orquesta y público, no se merecían menos.




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